REVENGE

El automóvil se deslizaba velozmente por la calle, mientras un teléfono celular sonaba insistentemente. El hombre al volante sentía que ese timbre acabaría por volverlo loco, y decidió contestar la llamada de una vez por todas.

-¿Si?

-Yoh- una voz áspera articuló al otro lado de la línea.- Regresa en este instante antes que lo eches a perder todo.

-Siento comunicarte -suspiró Yoh- que no voy a dar un paso atrás. Esta conspiración es un enorme error.

-El Señor Fei Long ya descubrió lo que planeas hacer -atacó el hombre- dudo que seas perdonado una segunda ocasión.

-Es muy tarde para darme alcance y está de más que intentes amenazarme, sé perfectamente lo que tengo que hacer y estoy preparado para cualquier cosa.

-No creo que seas consciente de…- El sonido del teléfono al cerrarse dio por concluida la conversación.

-“Estoy consciente de cada maldita posibilidad”- apretó el volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Tenía la impresión que la noche que caía sería larga…tal vez demasiado.

***

-¿Y bien? ¿Lograron darle alcance?

El esbelto cuerpo de Fei Long Liu, sentado elegantemente en un sillón, se veía sumamente relajado. Toda su furia estaba concentrada en la mirada que parecía abarcar cada rincón del Salón de Reuniones, haciendo que los Jefes de las diversas Zonas de negocios bajo su influencia y todos aquellos que se encontraban en ella tomaran conciencia del significado de la palabra “temor”.

-Es imposible movilizarnos tras él a estas alturas y se ha negado a escucharme cuando por fin tomó mi llamada- Se inclinó el hombre apretando el teléfono que aún se encontraba en su mano.- Si en verdad quiere detenerlo tendrá que ordenar que lo maten en cuanto se acerque Club Shion.

Fei Long miró el rostro inclinado y la forma en que apretaba el puño. Le indicaba que sus palabras fueron dichas como consecuencia lógica a los hechos y no como una sugerencia malintencionada. Sabía de sobra que el hombre frente a él era uno de los pocos dentro de su gente que sentía simpatía por Yoh.

-Dame ese teléfono.

Marcó el número y esperó a que ese desobediente no hubiera apagado el celular.

***

Un joven entra sigilosamente a una callejuela oscura, a unos metros del Club Shion, buscando algo ansiosamente. De pronto otra figura se desprende de las sombras y el chico suspira con alivio.

-¿Esto es lo que buscabas?- Akihito extendió la mano en la que se encontraba un estuche alargado de color negro.- Estaba en la oficina.

-Si- dijo Yoh con alivio al ver su contenido.

-Estaba puesto en un sitio muy obvio, como si alguien esperara la oportunidad para colocarlo en algún otro lugar, tal vez la caja fuerte.

-¿Estás planeando algo para descubrirlo cuando regrese a buscarlo?- Sonrió Yoh.

-Claro, el estuche original está en su lugar…junto con una cámara de video perfectamente escondida.

-Buena suerte. Y gracias.

-Bien, si Asami se da cuenta que no estoy y me pesca hablando contigo, las cosas se van a poner muy feas para mí y para mi escolta.

-Yo lo sé. Será mejor que regreses al Club.

-Espero que ese Jefe tuyo te lo agradezca- Akihito hace un gesto de despedida. Mientras un hombre esperaba recargado en la entrada de la callejuela.

-Vamos, Kaoru- Dice el chico al pasar. Éste le sigue no sin antes echarle una mirada a Yoh y hacer hacia él una leve inclinación de cabeza, al tiempo que suspira y aparece una media sonrisa de entendimiento en su rostro.

Mientras, el celular de Yoh empieza a sonar, y después de dudar un poco toma la llamada.

-¿Si?-

-Estoy esperando una explicación- La voz de Fei Long lo atraviesa, mientras un leve frío le recorre el cuerpo- Me has desobedecido directamente.

-Y la tendrá Señor.- Contesta con una tranquilidad que está muy lejos de sentir- He recuperado la mercancía que fue plantada en el Club Shion y puedo probar que todo estaba preparado para dejarlo como único culpable y enfrentarlo con Asami Ryuichi

-Regresa al hotel de inmediato. No dudo que alguien quiera hacerme el favor de eliminarte por reincidente traidor. Y mas te vale que me convenzas de tus motivos para intervenir en lo que no te incumbe.

-Protegerlo es de mi incumbencia y…- Yoh deja la frase sin concluir al darse cuenta que un par de hombres se aproximan a él. Tratando de evadirlos, sale por el otro extremo de la callejuela para llegar a su auto, encontrándose con que al menos tres más esperan en la acera de enfrente y se acercan en el momento que le reconocen, apuntándole con sus armas.

-¿Yoh?-

-Señor, juro que regresaré- Alcanza a decir al tiempo que retrocede de vuelta a la callejuela.

En ese instante uno de los hombres que seguían ahí le toma por el hombro, recibiendo como respuesta un golpe de puño que lo estrella contra el muro dejándole fuera de combate. El celular cae al suelo interrumpiendo la comunicación.

***

El sonido de lucha fue lo último que Fei Long pudo escuchar antes que se cortara la llamada.

Al mismo tiempo, un anciano entró en el Salón y acercándose reverentemente susurra a su oído. A medida que escucha, la furia se desborda de sus ojos hasta que el serenamente hermoso rostro del Jefe Baishe se transforma en uno que muy pocos han vivido para describir.

Volviendo la cabeza Fei Long habla quedamente unos minutos y despide al anciano, que sale rápidamente del Salón. Tras él, las puertas se cierran y el cuerpo de seguridad recibe la orden de llevarse a su señal, discretamente, a ciertas personas designadas.

-Y bien, ¿Quién puede explicar como fue que mi hombre de confianza pudo enterarse de una operación que le estaba expresamente vedada, y de la que solo los directamente involucrados estábamos al tanto.

Un rumor se extiende por la habitación, pero ninguna respuesta surge.

-Realmente no esperaba que dijeran algo- Inclinó la cabeza hacia un lado, apoyándola en su mano, mientras sonreía ligeramente. Sus hombres estaban en posición, esperando.

El silencio se extendió de golpe.

-Incluso antes de que Yoh iniciara su cruzada suicida, ya tenía conocimiento de algunas inconformidades acerca de mí como Líder de Baishe y ordené que cualquier intento de rebelión fuera seguido y aplastado. He sido informado que la operación de hoy fue una trampa expresamente pensada para eliminar a mi hombre de confianza y dañar mi credibilidad ante mi gente.

A una señal algunos de los presentes fueron escoltados fuera del Salón.

-Aquellos que han salido son los directivos de la Zona Norte y principales responsables de un movimiento que buscaba eliminarme y designar un Líder más apropiado, según sus intereses. Sobra decirles que no los volverán a ver. También ha sido enviado un grupo armado a “hacer limpieza” en las Oficinas de la Zona Norte; después serán informados sobre quienes de ustedes tendrán la responsabilidad de reorganizar los negocios que han quedado suspendidos.

Las puertas fueron abiertas nuevamente y muchos respiraron aliviados, a pesar de no tener culpa alguna.

- Desde este momento todos serán vigilados por gente leal a mí. Cualquier intriga en contra mía o de mi personal de confianza tendrá terribles consecuencias. Ante cualquier confirmación de juego sucio el castigo no solo recaerá en los culpables, sino que también condenará a sus familias ¡Estan advertidos…ahora fuera de aquí!

***

Al mismo tiempo que Fei Long descarga su rabia, en la oscuridad Yoh localiza al segundo hombre, que se le va encima con una navaja.

-¿Cree que se las ve con un novato? O tal vez le gusta sacarle las entrañas a las personas- Piensa mientras se las arregla para hacerle soltar la navaja y arrojarla lejos.

-Ahora es más justo, no lo crees?- Sisea al tiempo que hace un ademán de reto. Para su mala suerte, su contrincante resulta ser más ágil que el promedio y se las arregla para asestarle a Yoh algunos golpes bastante dañinos, aunque no lo suficiente para someterlo.

Mientras, en la acera, los otros tres escuchan los sonidos de lucha, pero, advertidos por sus compañeros que este es un asunto “privado” se mantienen quietos. Han pasado al menos veinte minutos cuando una detonación les hace moverse; desgraciadamente el cuerpo que encuentran, con una bala en el pecho y sin su arma, es el de uno de los suyos, más allá está el segundo, con el cuello roto.

-Me he llevado a uno de los hijos del Jefe de la Zona Norte- Yoh se decía incrédulo mientras corría. Después de romperle el cuello, se había acercado y, con la debil luz que se filtraba en el sitio donde había caído pudo reconocerlo. Al ver la pistola en su cintura y tomarla, vio de reojo como el tipo que se encontraba desmayado hacía unos momentos trataba de encañonarlo y le disparó limpiamente en el pecho para después salir huyendo.

El chico le tenía una seria antipatía, la cual supuestamente fue originada por el asunto de sus nexos con Asami. Pero después de que Fei Long le permitiera continuar a su servicio, Yoh pudo notar que aparecío una chispa distinta en los ojos del joven…bastante parecida a los celos.

-Y al final va a resultar que todo esto es otra venganza por despecho.- Intentó sonreir, pero sentiá un fuerte dolor el lado derecho del rostro.

Después de algunos encuentros poco afortunados, y seriamente golpeado, Yoh cayó en la cuenta de que estaba siendo acorralado y conducido a la Oficina Principal de la Zona Norte. Se encontraba escondido en el Estacionamiento de un Edificio, cuando reconoció el lugar y pudo pensar detenidamente el porqué estaba siendo empujado en vez de ser eliminado.

-Como un cordero para el sacrificio. Por eso no me han baleado hasta la muerte, alguien me espera ahí para sacarme lo que pueda y después acabarme. No le pienso dar el gusto.

Desde su sitio, vió llegar a cuatro tipos que a todas luces le estaban buscando.

-Tengo que pasar como sea… al parecer dos de ellos no llevan armas.

Decidido a no pensarlo, salío de su escondite e inició un tiroteo en el que logró acertarle a dos de ellos, antes de quedarse sin balas. Agotado volvió a cubrirse tras una columna, esperando…

El sonido de un teléfono lo sorprendió y se atrevió a tratar de mirar lo que pasaba. Para su sorpresa, después de una breve conversación que no logró escuchar, los dos hombres se fueron a toda prisa sin siquiera mirar atrás.

-No sé que demonios pasó, ni me importa. Agradezco mi buena suerte- Murmuró cayendo de rodillas.

Permaneció inmóvil unos minutos, recuperando fuerza. Al fin se levantó, pero después de unos cuantos pasos comprendió que estaba demasiado débil y optó por refugiarse en una puerta cercana, que resultó ser un servicio sanitario. Después de lavarse el rostro y comprobar que lucía mejor de lo que pensó sintió que su reserva de energía se había agotado por completo y, deslizándose con la espalda contra el muro hasta tocar el piso, apoyó la cabeza en sus rodillas mientras todo se volvía oscuro.

***

Continuará…

Tal vez estén pensando quemarme con leña verde, pero tuve una semana un tanto complicada y no pude terminarlo. Así que, como prometí que hoy lo iba a publicar y odio romper una promesa, aquí está la primera parte y prometo sobre la tumba de mi perro que el próximo Domingo pondré el final n.n